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¡La delegación desmitificada!

29. agosto 2025 / Delegar

La delegación es una de esas palabras que a menudo se malinterpreta, envuelta en mitos y malentendidos que pueden hacer que incluso los líderes más seguros duden a la hora de «soltar el control». La idea de que la delegación es un asunto de todo o nada es un concepto anticuado que no hace justicia a la complejidad y la flexibilidad que realmente implica. Pero aquí está la verdad: la delegación no es un interruptor de encendido/apagado; es más bien un dial que se puede ajustar según las necesidades y capacidades de cada miembro de tu equipo

Imagina la delegación no como soltar una cuerda por completo, sino más bien como ajustar la tensión según la situación. Hay siete niveles en este juego de delegación, y conocerlos te permitirá bailar al ritmo que cada momento requiera

1- InformarAquí, compartes tu decisión con el equipo, manteniéndolos en el loop pero sin soltar el timón
2 – ExplicarDas un paso más, no solo decides, sino que también te tomas el tiempo para explicar por qué. 
3 – ConsultarAquí es donde las cosas se ponen interesantes. Pides opiniones antes de tomar tu decisión final, abriendo la puerta a una colaboración más profunda. 
4 – AcordarDecidir juntos. Es el nivel de «nosotros», donde la decisión es un esfuerzo de equipo. 
5 – AsesorarEn este punto, inviertes los roles un poco. Ofreces tu sabiduría y luego dejas que otro tome la decisión, guiándolos desde el banco de suplentes.
 6 – Transferir  Aquí, realmente empiezas a soltar, pasando la decisión a otro, pero manteniéndote en el circuito de información.El nivel máximo de delegación. 
7 – Delegar El nivel máximo de delegación. Confías plenamente en el otro para tomar decisiones sin la necesidad de informarte, a menos que lo consideren necesario. 

 

¿Por qué importa todo esto?

Porque entender y aplicar estos niveles de delegación puede transformar completamente la forma en que lideras y gestionas tu equipo. Lejos de ser una pérdida de control, la delegación adecuada fomenta el crecimiento, el desarrollo y la autonomía dentro de tu equipo. Es una forma de decir, «Confío en ti y en tu capacidad para manejar esto», lo cual, a su vez, puede impulsar la motivación y el compromiso.

Y aquí está el kicker: al combinar estos niveles de delegación con el modelo de liderazgo situacional, puedes crear una sinfonía de liderazgo adaptativo. Esto significa ajustar tu enfoque basado en la tarea en cuestión y la madurez de tu equipo, asegurando que siempre estés liderando de la manera más efectiva posible.

Entonces, la próxima vez que pienses en delegación, recuerda que no es un asunto de sí o no, sino más bien de cómo y cuánto. Al adoptar este enfoque más matizado y dinámico, no solo liberarás tu propio potencial sino también el de tu equipo.